Reflexiones para creer y crecer.

martes, 25 de noviembre de 2014

El maravilloso mundo de la diversidad



Este fin de semana, he tenido la suerte de acudir a un congreso lleno de profesionales que ayudan día tras día a que el mundo no esté únicamente enfocado al "normal".

Este fin de semana, he tenido la suerte de rodearme de gente que apoya la diversidad, la potencialidad que supone que todos seamos diferentes.

Este fin de semana he asistido a un congreso donde el enfoque principal  es diferente a lo que estamos acostumbrados a vivir, donde el ser diferente es una virtud en vez de una desgracia.

Este fin de semana, he escuchado las voces dolidas de aquellos cuyas diferencias, fueron un handicap y no una potencialidad, aquellos que por el simple hecho de aprender fuera de los establecido por el sistema, han sido rechazados, se les han puesto etiquetas de "tontos" y se les ha anulado, hasta el punto de tener que salirse ellos mismos del sistema, para no decaer más.
Dentro de estos "superhéroes" que a edades tempranas han tocado lo más hondo por la falta de apoyo y entendimiento, están personajes tan adorados como nuestro querido Gabino Diego que entre sonrisas y lágrimas nos hacía ponernos en la piel de lo que significa la falta de entendimiento de los que te rodean.

Este fin de semana, he estado en el Congreso Iberoamericano de Dislexia y otras DEA. Pero al igual que ellos, existen otros muchos "diferentes" que tienen que sufrir la falta de entendimiento desde el escalón más bajo (su familia o los maestros) hasta el más alto (el sistema educativo) que en vez de ofrecerles oportunidades acordes a sus necesidades, les ponen trabas jurídicas, emocionales, y sociales para que su diferencia se vaya haciendo día a día más tangible.
Culpables, ignorantes o indiferentes, da igual, de una manera o de otra, con la falta de formación, con la falta de implicación o con la falta de legislación, se está faltando a la dignidad de personas, que nacen, crecen y valen igual que la "masa de normalidad".

Por ello, me hace feliz ir a estos Congresos, donde siempre te quitan un trocito de venda que no se en que momento nos ponen a todos, y donde realmente sientes que sigue habiendo gente que lucha por la igualdad de oportunidades.

Ojalá, esos congresos cada día estuvieran más llenos, y los políticos fueran capaces de ver maravillas tan expresivas como el video que Helena Alvarado  nos mostró y emocionó sin igual.



Hoy brindamos por aquellos que siguen luchando por adaptar las puertas de la educación.


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domingo, 9 de noviembre de 2014

Cortando las riendas

Que ganas tengo hoy simplemente de dejar las ideas irse solas. De reflexionar, y no decir nada, dejar a mi hemisferio derecho funcionar en pro de la asociación libre y la creatividad.
Es la locura racional, la locura centrada en la necesidad de contar, de compartir con otros o con uno mismo algo que no sabes muy bien lo que es. Es una especie de euforia teórica, donde averiguar el porque de la realidad sin investigar realmente sobre ella.
A mi hoy se me vienen miles de ideas a la idea, los jefes, el sol, el arcoiris, las autonecesidades y autoexigencias, el relax, la pausa. La necesitad de estar con uno mismo, y no olvidarnos.
 Con uno mismo significa con uno mismo, no con la tele, no con el ordenador, no con el móvil, ni con el whatsapp. Que difícil es en los días de hoy dedicarse un ratito a si mismo, sin tu pareja, sin tus amigos, sin tu familia, sin tu yo consciente siquiera.
Dejándole a un lado, decir adiós por un rato al yo racional, darle salida al animal, al impulsivo, al que, aunque tu no lo sepas, decide por ti muchísimas más cosas de las que piensas. Ese “yo” que se mueve cual gusano dentro de ti, pidiendo liberación, y se ve cada día enjaulado por la falta de tiempo y dedicación. Por sentirse olvidado. 
Esa parte de nosotros de la que ya hablaba Platón en el “Mito del carro alado” en el 370 a.c y que Freud retomó dando el nombre del “ello”. 
Esa parte que día tras día con la falta de intimidad, las redes sociales, la comunicación exhaustiva y la globalización…. se ha perdido.Es más importante que cada uno de nuestros contactos de facebook sepan donde estamos antes de pararnos a saber donde estamos nosotros mismos…  
Tenemos la suerte de tener momentos de lucidez, de creación y nos permitimos el lujo de caparles y decirnos “ahora no es el momento”, esperando que vuelvan a salir con la misma magia cuando nosotros lo introduzcamos en el planning del dia. 
No nos escuchamos, ni a nuestras mentes, ni a nuestros cuerpos que continuamente nos manda señales que no paramos a entender.
 “Estoy cansado, necesito descansar, hoy quédate en casa” dice el cuerpo, 
 la mente contesta, “¿como no voy a salir un rato?” 

Entramos en la lucha, en la discusión mente-cuerpo. Pensamos que las discusiones solo existen en nuestras relaciones, sólo se pueden dar con los otros. Pensamos que todas las enfermedades son puramente biológicas, y que el hecho de escucharse o no no tiene nada que ver. 
No nos damos cuenta que la lucha interna, no es más que un reflejo de lo que pasa con nuestros iguales. 
Si no nos paramos a discutir con nosotros mismos, a exigirnos !hoy te quedas en casa porque lo necesitas! Si ni siquiera llegamos a ese nivel de interioridad, ¿como pretendemos saber arreglar las situaciones con los otros? 
Como les escuchemos igual que a nosotros mismos….

Hoy, que nos creemos libres las riendas del carruaje de las que hablaba Platón, nos tienen agarrados del cuello y no nos permite respirar…. “porque no tenemos tiempo”, “porque hay cosas más importantes”,  “porque lo importante es que el carruaje vaya recto y bien orientado para no chocar con el resto y que el tráfico de la ciudad sea ordenado”… Hoy más que nunca, que nos creemos capaces de todo, no somos capaces de cortar las amarras y dejar que el caballo cabalgue a sus anchas por el campo. Porque ni siquiera le escuchamos para saber hacia donde iría, y porque da miedo salirse y enfrentarse a los propios sueños a costa de lo que esperan de nosotros. 

La naturaleza tiende al equilibrio de las cosas, pero nuestras mentes y nuestra vida, necesitan tiempo para poder ser equilibradas, y aunque de vez en cuando es cierto que simplemente hay que dejar a la vida hacer, también es cierto que cuando la vida haga tenemos que saber escoger bien los caminos que necesitamos y eso es lo realmente difícil, porque para eso necesitamos tiempo de reflexión con nosotros mismos. 
Así que estos tiempos de asociación libre, estos ejercicios que te hacen estar un ratito contigo, tienen más valor que cualquier corre que te pillo, o cualquier estúpido libro de autoayuda. 

He dicho. 
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martes, 22 de julio de 2014

Ilusión, motivación y búsqueda.

A punto de volar a Nicaragua a emprender un NUEVO viaje (novedoso en todos los sentidos, personal, profesional y experiencial) se me ponen los bellos de punta solo de pensar en todo lo que puedo traer.

Las ilusiones que nos marcamos, siempre van relacionadas a nuestro nivel de expectativas. Y esas expectativas están a su vez relacionadas con nuestros sistemas motivacionales.
Los sistemas motivacionales son aquellas cuestiones que nos movilizan en nuestra vida, que nos hacen felices, que hacen que se mueva algo dentro de ti, que no sabes muy bien que es, pero provocan emociones.  
En mi caso, este viaje está lleno de expectativas e ilusiones. Las expectativas no tienen porque ser buenas, sin embargo las ilusiones están asociadas a recreación de situaciones placenteras. Soy consciente de que en este nuevo reto, va a estar plagado de placer, en el sentido menos erótico de la palabra. Placer interno, placer de realización. Ese tipo de placer por el que llevo luchando toda una vida. Pero a su vez, soy consciente que no todo va a ser fácil. Que voy a llorar, y voy a echar de menos a los míos, que en algún momento me voy a preguntar quien me mandaría meterme en este berenjenal.

Hablan de la cooperación como algo altruista, como algo casi heroico. Pero esa barrera narcisista es algo que se ha de romper, esa manera de querer aumentar tu ego a costa de personas con menos suerte, es absurda e irreal. Cuando vuelves te das cuenta de que no serás el mismo, de que hay un cambio irreversible. Y aunque tu ayuda de siempre se plasma allá donde estés, la realidad es que, personalmente, siempre he vuelto con la sensación de traerme más de lo que ha sido posible aportar.
   
La manera de enfocar las cosas cuando las haces es primordial, y en este caso, sé que la ilusión que yo llevo, lo que voy a poder aprender, de la situación, del país, de sus vivencias y de mi trabajo . Se que esta oportunidad que se me ha otorgado va a ser un enclave en mi personalidad y en mi desarrollo profesional. Tanto que hasta asusta.

Me sorprende muchas veces como la vida misma te pone en sitios en los que tienes que estar, aunque no fuera lo que estabas buscando. Decía un dicho popular que “El que busca encuentra”. Y yo lo completaría con un “ El que busca con ilusión encuentra, aunque no fuera lo ideado en un principio. Encuentra lo que necesita encontrar”. He tenido la suerte de tener esta sensación en diferentes momentos de mi vida. Donde factores como la letra “b” con Berlín, o una injusticia en la búsqueda de una beca para la India, me han llevado a los momentos de mayor crecimiento personal de mi vida.
Y esta nueva experiencia que me espera, inicialmente planteada para África, como refuerzo escolar o pintora esporádica, se ha convertido en un reto profesional de algo que de una manera u otra siempre he buscado.

Sean estas intuiciones reales o irreales, lo que está claro es que la ilusión (entendida como motivador y placer egosintónico) finalmente es la que ha de guiar nuestras vidas. Y aunque la sociedad nos imponga que las ilusiones son de los niños, que los adultos han de vivir en la tierra, firmes a los reglamentos sociales, a los trabajos, a las responsabilidades. Yo sigo pensando que el que no vive con ilusión en lo que hace, o en lo que quiere llegar a hacer, puede buscar, pero el camino va a estar más plagado de piedras y de carreteras cortadas que si esa búsqueda está guiada por la ilusión y la motivación de encontrar lo que realmente te llena.


Decía un dicho popular que “El que busca encuentra”. Y yo lo completaría con un “ El que busca con ilusión encuentra, aunque no fuera lo ideado en un principio. Encuentra lo que necesita encontrar”


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jueves, 30 de mayo de 2013

La mujer Masai



Viajé a Kenya, con ganas de ver el gran parque de Masai Mara, con todos sus animales salvajes, las manadas de ñus y los elefantes, el galope de las jirafas y los antílopes, el refugio de los leones...


Encontré una cabeza muy bonita, llena de adornos en las orejas y en el cuello, aunque con muy poco pelo, de una mujer que pertenecía a la tribu de los masai, y allí me quedé. Vivía en una choza construida con excrementos de vaca y de paja, y en las noches frías encendían una hoguera.


Su marido, un guerrero masai, había vuelto de la guerra. Volvió, sano y salvo, al poblado donde vivía con su mujer. Antes de su partida, la amaba mucho, pero la guerra le había cambiado. Los horrores que había visto lo habían convertido en un hombre triste y amargado. Su mujer solía llorar desconsolada, porque
http://lauferilustracion.blogspot.com.es/.
Laura Fernández Ariquisola.
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ya ni siquiera la miraba, casi ni le hablaba, le resultaba completamente indiferente.Solo tenía para ella gr uñidos y gestos bruscos. Pero la mujer seguía amándolo, y, desesperada, un día fue en busca de un adivino.
- ¿Qué debo hacer para recuperar el amor de mi marido? – le preguntó al adivino, después de contarle su problema.
- El mago inclinó la cabeza y meditó largo rato. Por fin, levantó la cabeza y dijo:
- Tu problema es muy difícil. Dame un día para consultar mis sabios libros y vuelve mañana. Entonces, te diré lo que debes hacer.

Al día siguiente, la mujer se presentó ante el sabio y este le dijo:
- No conseguirás recuperar el amor de tu marido hasta que no hayas conseguido rizar los bigotes del león Narok.


- ¡Pero qué dices! – exclamó la mujer asustada, pues el león era terriblemente feroz y había devorado a varios valientes guerreros que habían atrevido a enfrentarse con él.
- Así es como se ha pronunciado la la magia – contestó el adivino. 

La mujer se puso muy triste al pensar lo terrible y difícil que iba a ser recuperar el amor de su marido. Pero no se desanimó. Volvió a su casa, mató un cabrito y fue a dejarlo al lugar donde sabía que el león dormitaba por las tardes. Se quedó por allí y desde lejos vio llegar al león y comerse con voracidad al cabrito.

Al día siguiente hizo lo mismo, pero se acercó un poco más. El tercer día, el león, harto, se comió su cabrito, mientras la mujer lo contemplaba ya muy cerca. El león movió la cola y se marchó.
El cuarto día, el león se acercó al cabrito preparado, se sentó meneando la cola, lamió aquel sabroso manjar y se lo comió rugiendo de placer mientras miraba a aquella mujer que se lo había llevado y que estaba justo al lado.
El quinto día, se echó a los pies de la mujer que tenía el cabrito preparado en sus manos, y ello se lo fue dando pedazo a pedazo. Después de comérselos todos, el león bajó la cabeza y la apoyó en las rodillas de la mujer que se había sentado. Ella le acarició la melena y estuvo jugueteando con sus bigotes hasta que consiguió rizárselos.

Al día siguiente, se presentó ante el mago y le contó lo sucedido. Este le contestó:
- Mujer, ni yo ni nadie puede ayudarte. Después de lo que has conseguido, recuperar el amor de tu marido es lo menos que puedes conseguir. El empeño y la fortaleza que has mostrado es algo mucho más importante que te acompañará siempre toda la vida. 

Cuando regresó a su casa, se sentía tan fuerte y tan segura de sí misma que no solo consiguió de nuevo que su marido la adorase, sino que su hazaña se corrió voz en voz, hasta convertirla en una leyenda. Todo el mundo viajaba de pueblo en pueblo para que le contagiase un poco de sabiduría y fuerza.

Con la muerte del anciano adivino, se convirtió en la nueva sabia de su tribu y a lo largo de su vida, sólo proclamó una idea entre sus gentes, que dicha de sus labios se convertía en mágica:


Busca en tu corazón un amor tan grande que te haga buscar un león para rizarle los bigotes. Esa es tu gran motivación y la fuerza que te impulsará en tu vida. 



¡Gracias Laura por la ilustración!
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jueves, 21 de marzo de 2013

Estancamiento placebo

¡Que importante es la autodeterminación!

Uno de los problemas más grandes que observas en las personas que no mejoran, que no avanzan ni en sus vidas personales, ni por supuesto en el ámbito terapeútico, es que están “felizmente” estancadas en su enfermedad. Ponen todas sus energías y sus fuerzas en no permitir ponerse mejor, a pesar de que lo desean con todas sus fuerzas.
Lucha entre el deseo y la actitud, ¡que antagónico!

Muchas de las personas acuden a terapia porque están perdidas respecto a qué hacer o  donde enfocar su energía para solucionar sus problemas. En estos casos, lo único que hay que hacer es abrir el foco. Darle la posibilidad de ver caminos que previamente su inconsciente era incapaz de percibir y dotarle de herramientas para poder emprender dicho camino.

El problema grave en un paciente es cuando se niega a buscar caminos (a pesar de desear un cambio), es que realmente no se permite un cambio de actitud y exige que el cambio venga de fuera a dentro, cuando ha de ser de dentro a fuera. Es muy típica la ilusión de la "cura espontánea";
-         La fantasía de la varita mágica del psicólogo;  “solo por acudir a un especialista me voy a curar
-         La idolatración del personal sanitario; “Seguro que hay una magnifica pastilla roja que cura todos mis males, y nunca más me vuelvo a deprimir en la vida”.

Este tipo de personas son más difíciles de tratar. Tienen el punto de mira en lo negativo y no llegan a nunca a creer que su problema tenga solución, se muestran reticentes, y esta actitud no les permite intentarlo realmente. En los casos en los que existe intento con actitud negativa y dedican todo su pensamiento a lo “inútil que seguramente va a ser”. Estos casos, son difíciles porque no llegan a creer nunca que el cambio esté en sus manos, y así todo intento de reflexionar o mejorar se convierte en algo imposible.


Positividad frente a adversidad
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Hablemos del caso contrario; el placebo. Todo el mundo conocemos este efecto; si creemos que una pastilla nos va a curar, aunque se trate de azúcar, finalmente lo acaba haciendo, la mente es tan poderosa, que el solo atribuirle aspectos positivos hace que finalmente los tenga. Pero si en vez de atribuirle a una pastilla o una situación aspectos positivos le atribuimos aspectos negativos diciendo “esto no va a funcionar”, también ocurre que estas atribuciones hacen finalmente disminuir el poder del tratamiento o terapia.


Aquí entramos en el término de Psicología Positiva e incluso de lo tan conocido hoy como Coaching. Está demostrado que el buen humor facilita absolutamente todo tipo de enfermedades. Una persona con cáncer que se enfrente a él con fuerza y positividad, lo supera en un porcentaje mucho mayor que uno que lo hace con mal presagio.

Una de las técnicas del Coaching deportivo consiste únicamente en visualizar el objetivo buscado (mientras tiras el balón ver como entra en la portería).
Al final todo es lo mismo, crear una energía positiva en lo que haces es un gran indicador de éxito (sea cual sea la actividad) y al contrario, claro.

Tenemos más poder del que pensamos, tenemos capacidades “mágicas” o “ilusorias” pero lo primero que tenemos que hacer para poder usar nuestros “polvos de hadas” es creer en ellos.

Poner expectativas positivas en algo aumenta la probabilidad de que ocurra
Poner expectativas negativas disminuye mucho las probabilidades.

El cambio exige como primer requisito dedicar nuestra energía a tener una actitud positiva frente a él y querer dedicarle fuerzas y esfuerzo.


¡Gracias Laura por la ilustración!
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domingo, 3 de marzo de 2013

El síndrome de la fustigación-frustración.



Siglo XXI. España. Miles de parados. Jóvenes re-hiper-maxi-super-formados.


Actualiza tu curriculum en infojobs: 

CV con una, dos, tres carreras. Uno, dos, tres másters. 100, 200, 300 horas de experiencia. 5,6,7 cursos online. Francés, Gaelico, Griego, Guaraní, Alemán  Catalá, Euskera (no vaya a ser), Chino que nos conquistan en ná, Finés, Checo, un poquito de Coreano (lo justo pa defenderse) .. y que decir del Inglés.

Trabajo actual; 
Voluntariados, prácticas en empresa no remuneradas, camareros, clases particulares, limpieza de escalera del edificio, manualidades, tarjetas de empresa, ¿que empresa? da igual! empresa!, cuido perros, limpio abuelos, hago aplicaciones de móviles, traducciones, hago másters ajenos, enseño aritmética, topografía y a hacer pedorretas con el sobaco. En que idioma? el que haga falta!

Salario medio recibido el último mes:
150 euros al mes... ( incluido dietas y transportes)

Habilidades personales.
Proactiva, creativa, atractiva, bravía, exhaustíva, caritativa, pensativa, a veces un poco manipulativa y osadía, aunque depende del día...

¿Que serías capaz de hacer por encontrar un trabajo digno de 700 euros al mes?
Uyyyy, ya me pongo nerviosa. Desplazamiento de ciudad, de comarca, de país, de continente, de universo. Tatuarme el nombre de la empresa en los parpados e ir con los ojos cerrados a todos los sitios,  Arrancarme trozos de piel, jugar al teto, bailar sardanas desnuda en la oficina una vez a la semana, ceder mis  córneas... En fin lo normal que piden hoy en día por este tipo de trabajos.

Aspectos de su vida emocional-afectiva que puedes aportar a la empresa
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Frustración.

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¿Frustración o fustigación? ¿Donde está la línea que separa hoy en día a estos dos constructos?

Ilustración; Laura Fernández Arquisola
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Una de las características básicas de la mente sana es el sentimiento de capacidad, "yo puedo", "yo soy capaz de...", otro indicativo de salud son las atribuciones externas. "La culpa es de la sociedad", "con esta situación es normal", "La culpa es de mi vecina que es fea!" Lo que quieras, pero externas...

Con el paso del tiempo, esas atribuciones externas y ese sentimiento de capacidad de ven mermados por la falta de refuerzo positivo y el aumento de refuerzo negativo (en el sentido más estricto del condicionamiento clásico; para que aumente conducta es necesario aplicar refuerzo, y para que disminuya hay que eliminar una conducta placentera o castigarla).
Las puertas cerradas que recibe una persona, las tomaduras de pelo, la manera de aprovecharse de las personas, los sueldos miseros, la falta de valoración....son castigos, que hacen que se llegue a la frustración, y tras ella la fustigación.

Este momento, es un momento peligroso; el paciente pasa de sentirse frustrado porque "el mundo es una mierda" a frustrado porque "algo tengo que estar haciendo mal" o "no valgo lo suficiente". Este tipo de mensajes irracionales que se envía a uno mismo acaban disminuyendo el sentimiento de capacidad, con la consecuente disminución de autoestima y con el consecuente cansancio emocional que puede llegar a mal puerto.

Aunque cueste, cuando uno está en esta situación es necesario que busque la luz, y no deje a su pupila acostumbrarse a la tiniebla. Es importante que aproveche las cosas bonitas que le ofrece la vida, y que no se canse de luchar.
Si una cosa, tanto como humana, como psicóloga tengo clara, es que el que siembra recoge. Me da igual que sea odio, rencor, amor, o profesionalidad. Todo tiene al final su recompensa, porque vivimos en el mundo de la homeostasis, física, psicológica e incluso universal.
Tras la subida, siempre hay una bajada. Tras la borrachera,  la resaca. Tras las ondas beta, aparecen las deta. Tras el orgasmo, la resolución.
La vida tiende al equilibrio, y esa montaña de esfuerzo, dará sus frutos, antes o después... Siempre y cuando, claro, no dejemos a la frustración y a la fustigación que nos alcancen.

Échale las culpas al de al lado,  no a ti mismo.
Siéntete capaz, porque el sentimiento de incapacidad, incapacita.

Agradecimientos a la ilustradora; Laura Fdez Arquisola.

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lunes, 11 de febrero de 2013

El camino a la curación (1)



¿Que es "terapia"?  ¿Que esperamos de ella como pacientes? 

Cuando acudimos por primera vez a un psicólogo, es porque los problemas irrumpen en nuestra vida comienzan a imponerse como prioritarios, como destructivos. Acudimos a consulta con presentaciones como: 

"Buenos días, yo, es que... soy depresivo"
"Buenos días doctor, mi matrimonio no funciona porque mi marido es un inútil". 

Intentamos reducir nuestra vida a una palabra, a una oración con la que nos identificamos y nos justificamos. 
Nos aferramos a esa palabra o a esa frase e intentamos darle explicación a todo lo que sucede en nuestro alrededor en consonancia con la etiqueta que yo mismo he impuesto en mi vida, en mi mente.

Así todo se convierte en menos doloroso, más justificable. Ahora todo lo que ocurre en mi vida tiene una explicación. Puedo adherirme al rol que he asumido, y comportarme como exige, en vez de luchar contra él. Puedo pasarme el día tumbado en la cama, porque se supone que es lo que hacen los depresivos, puedo chillar a mi marido porque nunca hace nada bien... 

Nuestra identidad y nuestra realidad se acopla e incluso incrusta en esa nueva realidad que yo mismo he conformado, o que incluso otros psicólogos/psiquiatras/médicos/familiares me han impuesto como foco de atención.

Y dentro de este rol, busco las mismas soluciones que causan el problema. 
Chillar para solucionar...
Abandonarse y alejarse del mundo para no sentirse presionado,
Insultar y hablar mal para ver si así comienza a ser válido,
Despreciarme para que mi estado de animo tenga justificación. 

La terapia, a pesar de que puede partir de un sistema explicativo, un porqué, un puzzle con una pieza perdida, no debe quedarse en eso. No puede estancarse en el problema y en la explicación del mismo. Si la terapia se queda en el primer paso de explicar, no se consigue más que vivir con una excusa que te permite justificar tu dificultad. 

La terapia es entendimiento, pero no justificación. Supone dejar de ser victima para pasar a ser responsable de tu realidad, eliminar etiquetas y convertirlas en dificultades que se evaporen por los millones de  potencialidades que cada humano tenemos.

Tenemos que superar las etiquetas e intentar entender, aceptar, querer, potenciar... Y solo cuando aceptamos que lo malo es parte de nuestro crecimiento (sea como sea), y que hay que usarlo como oportunidad, dolorosa, pero oportunidad y no como destrucción. Solo en ese momento estaremos en el camino de la curación.


Aquella terapia que únicamente etiqueta, facilita el foco de atención, ayuda al derrumbamiento.
Aquella terapia que explota lo bueno que tiene el humano, que trabaja con sus virtudes para reducir los defectos, es constructiva y creadora de nuevos patrones. 

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