Uno de los problemas más grandes que observas en las
personas que no mejoran, que no avanzan ni en sus vidas personales, ni por
supuesto en el ámbito terapeútico, es que están “felizmente” estancadas en su
enfermedad. Ponen todas sus energías y sus fuerzas en no permitir ponerse
mejor, a pesar de que lo desean con todas sus fuerzas.
Lucha entre el deseo y la actitud, ¡que antagónico!
Muchas de las personas acuden a terapia porque están
perdidas respecto a qué hacer o donde
enfocar su energía para solucionar sus problemas. En estos casos, lo único que
hay que hacer es abrir el foco. Darle la posibilidad de ver caminos que
previamente su inconsciente era incapaz de percibir y dotarle de herramientas
para poder emprender dicho camino.
El problema grave en un paciente es cuando se niega a buscar
caminos (a pesar de desear un cambio), es que realmente no se permite un cambio de actitud y exige que el cambio venga de fuera a dentro, cuando ha de ser de dentro a fuera. Es muy típica la ilusión de la "cura espontánea";
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La fantasía de la varita mágica del psicólogo; “solo por acudir a un especialista me voy a
curar
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La idolatración del personal sanitario; “Seguro que hay
una magnifica pastilla roja que cura todos mis males, y nunca más me vuelvo a
deprimir en la vida”.
Este tipo de personas son más difíciles de tratar. Tienen el
punto de mira en lo negativo y no llegan a nunca a creer que su problema tenga
solución, se muestran reticentes, y esta actitud no les permite intentarlo
realmente. En los casos en los que existe intento con actitud negativa y dedican todo su pensamiento a lo “inútil que seguramente va a ser”. Estos casos, son difíciles porque no llegan a creer
nunca que el cambio esté en sus manos, y así todo intento de reflexionar o
mejorar se convierte en algo imposible.
Positividad frente a adversidad http://lauferilustracion.blogspot.com.es/ |
Hablemos del caso contrario; el placebo. Todo el mundo
conocemos este efecto; si creemos que una pastilla nos va a curar, aunque se
trate de azúcar, finalmente lo acaba haciendo, la mente es tan poderosa, que el
solo atribuirle aspectos positivos hace que finalmente los tenga. Pero si en
vez de atribuirle a una pastilla o una situación aspectos positivos le
atribuimos aspectos negativos diciendo “esto no va a funcionar”, también ocurre
que estas atribuciones hacen finalmente disminuir el poder del tratamiento o
terapia.
Aquí entramos en el término de Psicología Positiva e incluso
de lo tan conocido hoy como Coaching. Está demostrado que el buen humor
facilita absolutamente todo tipo de enfermedades. Una persona con cáncer que se
enfrente a él con fuerza y positividad, lo supera en un porcentaje mucho mayor
que uno que lo hace con mal presagio.
Una de las técnicas del Coaching deportivo consiste
únicamente en visualizar el objetivo buscado (mientras tiras el balón ver como
entra en la portería).
Al final todo es lo mismo, crear una energía positiva en lo
que haces es un gran indicador de éxito (sea cual sea la actividad) y al
contrario, claro.
Tenemos más poder del que pensamos, tenemos capacidades
“mágicas” o “ilusorias” pero lo primero que tenemos que hacer para poder usar
nuestros “polvos de hadas” es creer en ellos.
Poner expectativas positivas en algo aumenta la probabilidad
de que ocurra
Poner expectativas negativas disminuye mucho las
probabilidades.
El cambio exige como primer requisito dedicar nuestra
energía a tener una actitud positiva frente a él y querer dedicarle fuerzas y
esfuerzo.
¡Gracias Laura por la ilustración!
http://lauferilustracion.blogspot.com.es/
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